Las filias son
atracciones habitualmente exageradas a determinadas realidades o situaciones.
Una parafilia (del
griego pará: "al margen
de", y filia: "amor") es un patrón de comportamiento sexual
en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino
en alguna otra cosa o actividad que lo acompaña. Suelen, aunque no necesariamente,
suceder principalmente porque la persona que las practica ya ha tenido una
cantidad muy elevada de placer sexual, que llega un momento en que lo poco no
la satisface y quiere más y más de aquella actividad para sentir el orgasmo o
excitarse.
La
clasificación de las parafilias, según los criterios del DSM-IV (APA, 1995),
incluye las condiciones de exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pedofilia,
sadismo, masoquismo, fetichismo transvestista, voyeurismo, y parafilias no
especificadas. Aunque existen argumentos bastante convincentes como para
incluir la atracción a la violación sexual como parafilia (Alario, 1993; Laws
& Donohue, 1997), esa condición no está considerada explícita mente como
parafilia en la edición actual del manual de estadísticos y diagnósticos
psiquiátricos (DSM) de la American Psychiatric Association.
Tabla
1 se presentan las definiciones de cada una de las parafilias mayores que
aparecen en el DSM-IV
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TRASTORNO
PARAFÍLICO
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DESCRIPCIÓN
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Exhibicionismo
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Exposición
de los propios genitales a una persona extraña
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Fetichismo
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El
uso de objetos no animados para lograr la excitación sexual.
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Froteurismo
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El
contacto y el roce con una persona en contra de su voluntad.
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Masoquismo Sexual
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Someterse
voluntariamente a humillación y abuso sexual.
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Pedofilia
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Participación
en actividades sexuales con niños pre púberes.
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Sadismo Sexual
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Perpetrar
actos sexuales abusivos o humillantes para otra persona.
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Travestismo
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Vestirse
con ropas del otro sexo.
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Voyeurismo
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Observar
ocultamente a personas en actividades íntimas.
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Tratamiento de Las Parafilias
El
tratamiento de las parafilias suele utilizar intervenciones psicoterapéuticas
basadas principalmente en técnicas conductuales/cognitivas o regímenes médicos
basados en el uso de hormonas o de medicamentos psicotrópicos. La orientación
cognitivo-conductual explica la adquisición y mantenimiento de las parafilias a
través de los paradigmas del condicionamiento y de la formación de esquemas
cognitivos.
La
gran mayoría de las parafilias se manifiesta en la pubertad, dando la impresión
de que pueda existir una “ventana de oportunidad” por la cual el condicionamiento
a estímulos sexuales es especialmente propicio durante esta época de la
maduración. La resistencia de las parafilias a ser extinguidas por técnicas
puramente conductuales da la impresión de hallarnos ante condiciones adquiridas
en un periodo de desarrollo crucial cognitivo. Por tanto, el cambio de
conductas parafílicas suele requerir una intervención multimodal que interfiere
con el aprendizaje anterior por condicionamiento clásico, operante y social,
mientras que modifica esquemas básicos de la estructura cognitiva del
individuo.
Técnicas
de Condicionamiento Clásico:
Las técnicas conductuales utilizadas en el
tratamiento de las parafilias sexuales se han basado principalmente en la
aplicación de métodos aversivos de extinción fundados en el paradigma del
condicionamiento clásico. Terapéuticamente, se asocia un estímulo aversivo
incondicionado con una respuesta condicionada no deseado. La esperanza
terapéutica es la de producir una nueva respuesta condicionada, tipo aversiva,
en presencia de los estímulos condicionados provocadores de la respuesta sexual
disfuncional.
Técnicas
de Aprendizaje Operante y Social:
Mientras que las técnicas de
condicionamiento aversivo se basan en general en los principios del aprendizaje
tipo clásico o respondiente, otras técnicas de aprendizaje no aversivas se
basan principalmente en el condicionamiento instrumental u operante, y en el
aprendizaje social). En cuanto al tratamiento de las diferentes parafilias, se
ha aplicado con éxito el reforzamiento operante y el entrenamiento de
habilidades sociales. Biorretroalimentación La biorretroalimentación ha sido
aplicada a diversas parafilias mediante un aparato llamado penile
plethysmograph o “falómetro”. El penile plethysmograph mide cambios en la
circunferencia del pene, y es capaz de presentar tales cambios directamente al
sujeto a través de información visual en forma de un manómetro, o de luces de
diferentes colores que indican el grado de excitación sexual según el grosor
del pene.
Técnicas
Cognitivas
La
identificación de distorsiones preceptúas / conceptuales es el primer paso en
el tratamiento cognitivo de las desviaciones sexuales. A pesar de que cada
parafilia en sí tendrá unas distorsiones particulares a la condición que
incorpora, la persona que las padece es un individuo y, por consiguiente, sus
cogniciones disfuncionales tienen que ser identificadas individualmente y
específicamente; de poca ayuda al paciente es darle un discurso teórico de los
errores del pensamiento parafílico, o una lección genérica de las distorsiones
cognitivas inherentes en las parafilias.
Tratamiento
Farmacológico:
El
tratamiento farmacológico de las parafilias ofrece dos opciones: la del
tratamiento hormonal, y la del tratamiento con medicamentos psicoactivos.
Tratamiento
hormonal:
Las personas parafílicas tratadas con
hormonas suelen ser aquellas que representan un peligro real para la sociedad.
Personas condenadas por crímenes sexuales como la violación, la pedofilia consumada,
o el exhibicionismo repetitivo pueden ser sometidas a un régimen de hormonas
que reduce el interés sexual del paciente. Tal régimen es lo equivalente de una
castración quí- mica, aunque temporal.
Tratamiento
con medicamentos psicoactivos:
Aunque ninguno de los fármacos psicoactivos es
tan eficaz en reducir la problemática de la conducta parafílica como lo son las
hormonas antiandrógenas, hay una lista larga de medicamentos que han sido
utilizados con este objetivo. Todos estos medicamentos psicoactivos tienen algo
en común reducen el libido.
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