Estructura del sueño
El sueño se clasifica desde el punto de vista estructural en dos estados completamente diferentes llamados sueño No MOR (NMOR) y sueño MOR (MOR: movimientos oculares rápidos) que tienden a interrelacionarse. En adultos normales, el dormir se inicia con sueño NMOR, mientras que en los infantes normales comienza con MOR.
El estado I se caracteriza por pérdida del ritmo alfa, sensación de adormecimiento
y presencia de actividad theta con movimientos lentos de los ojos. Este estado
dura un periodo corto de tiempo y es seguido por el estado II con mayor lentitud
en el electroencefalograma (EEG), además de la aparición de los husos de sueño
y complejos K. Los husos de sueño son ritmos sinusoidales de 1 seg de duración,
con frecuencia entre 12 a 14 Hz, en promedio aparecen 5 husos por minuto. Los
complejos K consisten en una onda aguda negativa seguida inmediatamente por un
componente positivo y tiene duración no mayor de 0,5 seg.
Tanto los husos como
los complejos K pueden suceder simultáneamente.
Después de 20 min en promedio de permanecer en estado II de sueño el EEG
muestra un aumento gradual en la amplitud de las ondas con una frecuencia no
mayor de 2 cps (actividad delta). Cuando estas ondas lentas ocupan más del 20%
de la página de registro y menos del 50% se inicia el estado III.
La difererencia
entre estado III y estado IV es arbitraria ya que las características fisiológicas
son idénticas. A estos dos estados se les denomina en conjunto sueño lento,
delta o sueño profundo. No hay movimientos oculares y la actividad muscular esta
considerablemente reducida. Su duración es de 20 a 40 min terminando con una
serie de movimientos corporales seguidos por despertar (ascenso a un estado de
sueño más superficial). El primer periodo de sueño MOR (latencia del sueño MOR)
típicamente ocurre de los 70 a los 100 min después de iniciado el sueño. Es un
periodo corto con duración promedio de 10 min. Se observan movimientos rápidos
de los ojos con atonía muscular generalizada.
En el sueño MOR (sueño paradójico) aparecen diversos trastornos reversibles:
disartria, ataxia o trastornos de la visión (visión doble o nistagmus), depresión
respiratoria principalmente en pacientes con obstrucción de vías respiratorias
o daño cerebral previo.
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