
El
catéter ureteral doble J actual fue diseñado por Finney en 1978, a partir de la
idea de McCullough y Hepperlen en la búsqueda de un catéter ureteral
autofijable. Su desarrollo y utilización han venido de la mano de los grandes
avances ocurridos en el tratamiento de la litiasis renoureteral y ha sido un
elemento esencial, tanto en la prevención como en la resolución de las
complicaciones obstructivas de la litotricia extracorpórea. Es igualmente una
medida auxiliar indispensable para la práctica de la cirugía endourológica y
también tiene indicaciones en la cirugía abierta.
En
realidad el catéter doble J puede ser eficaz en múltiples situaciones clínicas:
1. Obstrucción
intrínseca del uréter (cálculo, estenosis, tumor, coágulo).
2. Obstrucción
extrínseca del uréter (fibrosis, adenopatías, tumores).
3. Cirugía
(como tutor de la cicatrización ureteral o para el mantenimiento de la
integridad del conducto).
4. Tratamiento
de fístulas urinarias.
La
funcion del cateter doble J, es asegurar el paso de orina del riñon hacia la
vejiga cuando el uréter está obstruido, comunmente por una piedra, aunque puede
ser por otras causas (malformaciones, tumores, otras enfermedades).
Una
vez colocado el catéter, este no se aprecia en el exterior del cuerpo.
Su
retirada también es normalmente endoscópica y por lo general menos complicada
que su colocación.
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