Flujo Sanguíneo Circulatorio

¿Cuándo se dice que una materia está viva? Cuando está «haciendo algo», moviéndose, intercambiando material con su entorno.

El organismo humano tiene aproximadamente 100 billones de células que deben intercambiar material con el entorno para permanecer vivas. Este intercambio es posible gracias a un aparato circulatorio que usa una bomba muscular (el corazón), un líquido de intercambio (la sangre) y una red de conductos (los vasos sanguíneos). Cada día, el corazón humano bombea unos 8.000 l de sangre a través de un entramado vascular que se extiende por más de 96.600 km (¡más de dos veces la circunferencia de la Tierra!) para mantener el intercambio celular.


En este capítulo se describen las fuerzas responsables del flujo de sangre por todo el aparato circulatorio humano. La primera mitad se dedica a los determinantes del gasto cardíaco, y en la segunda se describen las fuerzas que influyen en el flujo sanguíneo periférico. La mayor parte de los conceptos de este capítulo son viejos amigos de la clase de fisiología.

GASTO CARDÍACO

El flujo circulatorio tiene su origen en las contracciones musculares del corazón. Como la sangre es un líquido incompresible que fluye por un circuito hidráulico cerrado, el volumen de sangre expulsada por el lado izquierdo del corazón debe ser igual al volumen de sangre que regresa al
lado derecho del mismo (durante un determinado período de tiempo). Esta conservación de masa (volumen) en un sistema hidráulico cerrado se denomina principio de continuidad, e indica que el volumen sistólico del corazón es el principal determinante del flujo sanguíneo circulatorio. En la tabla 1-1 se enumeran las fuerzas que rigen este volumen sistólico.

TABLA 1-1 Fuerzas que determinan el gasto cardíaco
Fuerza
Definición
Parámetros clínicos
Precarga
Carga impuesta sobre el músculo en reposo que estira éste hasta una nueva longitud

Presión telediastólica
Contractibilidad
Velocidad de la contracción muscular cuando se fija la carga muscular
Volumen sistólico cardíaco cuando la precarga y la Poscarga son constantes
Poscarga
Volumen sistólico cardíaco cuando la precarga y la Poscarga son constantes

Resistencias vasculares pulmonar y sistémica

Precarga

Si se suspende un extremo de una fibra muscular de un soporte rígido y se coloca un peso en el otro extremo libre, este peso añadido estirará el músculo hasta que alcance una nueva longitud. En esta situación, el peso añadido representa una fuerza denominada precarga, que es una fuerza
impuesta sobre un músculo en reposo (antes del inicio de la contracción muscular) que lo estira hasta una nueva longitud. Según la relación longitud-tensión del músculo, un aumento de la longitud de un músculo en reposo (no estimulado) aumentará la fuerza de contracción cuando se
estimule el músculo para que se contraiga. Por lo tanto, la fuerza de precarga actúa aumentando la fuerza de contracción muscular.

En el corazón intacto, la tensión impuesta al músculo cardíaco antes del inicio de la contracción muscular es una función del volumen en los ventrículos al final de la diástole. Por lo tanto, el volumen telediastólico de los ventrículos es la fuerza de precarga del corazón intacto.

Precarga y rendimiento sistólico

Las curvas de presión-volumen de la figura 1-1 muestran la influencia del volumen diastólico en el rendimiento sistólico del corazón. A medida que se llena el ventrículo durante la diástole, aumentan tanto la presión sistólica como la diastólica. El aumento de la presión diastólica es un reflejo del estiramiento pasivo impuesto al ventrículo, mientras que la diferencia entre las presiones diastólica y sistólica es un reflejo de la fuerza de contracción ventricular. Hay que señalar que cuando aumenta el volumen diastólico aumenta la diferencia entre las presiones diastólica y sistólica, lo que indica que aumenta la fuerza de contracción ventricular. La importancia de la precarga en el aumento de la contracción cardíaca fue descubierta independientemente por Otto Frank (un ingeniero alemán) y Ernest Starling (un fisiólogo británico), y suele denominarse relación de Frank-Starling del corazón. Esta relación puede describirse así: en el corazón normal, el volumen diastólico es la fuerza principal que rige la
fuerza de la contracción ventricular.


Monitorización clínica

En el marco clínico, la relación entre la precarga y el rendimiento sistólico se controla con curvas de función ventricular como las que se muestran en la figura 1-2 . Se utiliza la presión telediastólica (PTD) como medida clínica de precarga porque el volumen telediastólico no se mide fácilmente (v. cap. 10 , sobre la determinación de la PTD). La curva de función ventricular normal tiene un ascenso pronunciado, lo que indica que los cambios de la precarga tienen una gran influencia sobre el rendimiento sistólico en el corazón normal (es decir, la relación de Frank-Starling). Cuando disminuye la contractibilidad miocárdica, disminuye la inclinación de la curva, lo que da lugar a un aumento de la presión telediastólica y una disminución del volumen sistólico. Éste es el patrón hemodinámico que se observa en los pacientes con insuficiencia cardíaca.

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